Cuando los camiones se convierten en bolsos

En 1993, los hermanos Daniel y Markus Freitag crearon su primer bolso con lona de camión usada. Desde entonces, Freitag se ha convertido en una marca de moda urbana en Suiza y en otros países, y ahora fabrica unos 400 000 bolsos y accesorios al año. Una ayuda esencial en su trabajo es una báscula especial de METTLER TOLEDO.

Todo empezó en un apartamento de Zúrich. Markus Freitag llevaba un tiempo buscando un bolso de mensajería impermeable y resistente. Un día tuvo una inspiración al ver pasar unos camiones desde la ventana de su cocina. Junto a su hermano, diseñó el primer bolso Freitag recortando vieja lona de camión. Luego cosió el cinturón de seguridad de un coche de segunda mano como correa y usó la cámara de aire de una rueda de bicicleta para los remates.

Un caso de éxito suizo

Cuando el prototipo pasó la prueba de resistencia como bolso para mensajería en bicicleta, Daniel y Markus fabricaron otros bolsos para sus amigos. Y luego, hicieron más bolsos para los amigos de los amigos. Al final, los dos diseñadores montaron su propio negocio. Hoy en día, Freitag cuenta con unos 160 empleados. Casi todos ellos trabajan en la sede central de Zúrich. La mayoría de los bolsos de Freitag se diseñan, se recortan y se envían desde aquí.

Al principio había lona

Antes de llegar a la línea de producción, la lona de camión pasa por diversas etapas de trabajo. En primer lugar, los empleados de Freitag eliminan los ojales, las hebillas y las correas de los enormes paneles de lona. La lona pasa luego por varios procesos de limpieza en lavadoras especiales, antes de que los empleados la recorten en una gran mesa. Las piezas recortadas de lona se apilan, se empaquetan y se pesan antes de enviarse al almacén. Los empleados de producción necesitan una mesa de pesaje para esta tarea. Una mesa especial que METTLER TOLEDO desarrolló específicamente para Freitag.

Una solución creativa personalizada según los requisitos del cliente

Reto Zahner es consultor de ventas en el sector industrial y lleva trabajando con Freitag cinco años. Trabajó junto al jefe de producción de bolsos para desarrollar la idea de la mesa de pesaje móvil.

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La mesa está formada por un bastidor de metal y la báscula de sobresuelo PFA 574-D300, que se suele usar en la industria para pesar palés euro. Sin embargo, el uso de la báscula en el suelo no era una opción válida para Freitag, como explica Reto. "Nuestro cliente recorta lona de camiones, la apila en una mesa y quiere pesarla directamente en la mesa. ¿Por qué iban a tener que mover la lona de la mesa al suelo para pesarla? Pesar y agrupar la lona en la mesa resulta más práctico, y la espalda lo agradece".

Reto dibujó los primeros bocetos de la mesa de pesaje a mano en su escritorio de casa. Más tarde, llevó su idea a un herrero, que creó un bastidor personalizado con cuatro ruedas. La superficie de la mesa funciona como placa de carga de la báscula en este diseño. El terminal ICS425a está fijo en la mesa. También tiene un soporte para portátiles.

"Es especialmente importante para nuestros clientes que la báscula sea móvil para que se pueda sacar cuando no se use o se pueda transportar a otra ubicación para usarla allí. En el área de producción el espacio es limitado", reconoce Reto.

¿Pero por qué necesitan en Freitag una báscula de sobresuelo con una capacidad de pesaje de hasta 300 kilogramos solo para pesar trozos de lona? "Principalmente por el tamaño de la plataforma", explica Reto Zahner. Con aproximadamente un metro cuadrado de espacio, la plataforma proporciona el espacio preciso exacto para atar los paquetes de lona y pesarlos al mismo tiempo. Antes de que la lona empaquetada se envíe al almacén, se registra con el programa BalanceLink. Ese peso se puede usar más tarde para determinar el tamaño de la lona. "En Freitag no basta con decir: 'En esta mesa tenemos tres metros cuadrados de material amarillo'. Toda la lona se registra según su peso y esquema de color", explica Reto.

Diseño sostenible

Para una empresa que fabrica todos sus productos con materiales usados, no es sorprendente que la sostenibilidad tenga una función destacada en toda la cadena de valor añadido. La lona de camión se lava con agua de lluvia antes de transformarse en bolsos. Freitag usa los restos de material que no se emplean para fabricar bolsos para crear accesorios más pequeños, como fundas para teléfonos móviles o carteras. La empresa ya ha recibido varios galardones y reconocimientos por su visión enfocada en la sostenibilidad y sus diseños únicos. Uno de estos reconocimientos fue la inclusión del modelo original de Freitag, el F13 Top Cat, en la colección de diseño del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York

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