Pesaje de diamantes y gemas

Los diamantes más valiosos son incoloros y no tienen defectos (también se conocen como “inclusiones”). A medida que se creaban los diamantes, la presencia de nitrógeno aportaba a algunos diamantes un tinte amarillo; un tinte azul, en cambio, es causado por la presencia de boro. La calidad, y por lo tanto el valor, de un diamante, se califica en una escala conocida como las “4C” (del inglés, “cut”, “color”, “clarity” y “carat”): talla, color, claridad y quilate. El quilate (ct) es la unidad de peso de los diamantes; 1 quilate equivale a 200 mg. Debido a su tamaño y valor, el pesaje de los diamantes requiere una báscula para diamantes muy exacta. 

Las gemas como rubíes, esmeraldas y zafiros se producen de la misma manera que los diamantes, y la escala de calificación de las 4C también puede usarse para evaluar su calidad. Además, el matiz, la saturación y el tono son otras consideraciones importantes del color.

Minería de diamantes

Las condiciones de pesaje en una mina de diamantes pueden ser duras; el polvo, la suciedad y las vibraciones pueden influir negativamente en el rendimiento de la célula de carga de una balanza o báscula. Para determinar si una posible mina es viable, se compara el peso de las muestras de mineral con el peso final de los diamantes obtenidos del mineral. Pueden necesitarse hasta 7 toneladas de mineral para obtener 1 quilate de diamantes terminados.

Los diamantes en bruto extraídos de una mina parecen grandes piedras blancas lechosas. Los diamantes en bruto se clasifican y pesan antes de que se envíen a los mayoristas de diamantes. Una báscula o  balanza de gran capacidad y exactitud que pesa en quilates con 2 decimales es perfecta.

Comercio de diamantes

Los diamantes en bruto se venden a los mayoristas en bolsas y subastas de diamantes. Los mayoristas procesan los diamantes y luego los venden a los minoristas para su uso en joyas y otras aplicaciones. Los diamantes terminados se acompañan de un informe de calificación de un instituto gemológico o laboratorio de gemología que incluye el peso del diamante en quilates. Como paso final cuando se pesan los diamantes, se verifica el peso de los diamantes y se acuerda un precio.

Cuando se venden paquetes de diamantes, un instrumento de pesaje de diamantes con una aplicación de contabilización incorporada es muy ventajoso para simplificar el proceso de pesaje y registrar los valores de peso individual, el peso total y el peso medio. Las básculas de quilates JET y las básculas de quilates JE de METTLER TOLEDO incluyen una aplicación de contabilización incorporada.

Para los diminutos diamantes “sobrantes”, como los que se usan en los relojes, se necesita una báscula de quilates con una mayor legibilidad o incluso una microbalanza. 

Procesamiento de diamantes

Algunas personas consideran que la talla de un diamante es la “C” más importante. El tipo de talla y la calidad de esta determinan la forma en que un diamante interactúa con la luz; en esencia, es lo que le da al diamante su destello. Una mala talla devalúa el diamante. Tallar y pulir un diamante es un proceso que lleva mucho tiempo.

Al procesar un diamante de una piedra blanca lechosa en bruto a una gema deseable y brillante, hasta el 60 % del diamante puede tallarse, molerse y pulirse. Los responsables del tallado se enfrentan al reto de hacer el máximo uso del diamante en bruto con el fin de minimizar la pérdida. Cuanto más grandes sean los diamantes terminados, más valiosos serán. Los diamantes más pequeños pueden usarse en joyas como los relojes. Los diamantes que son demasiado pequeños para su uso en joyas, así como el polvo generado por el pulido, se usan en aplicaciones industriales, por ejemplo, en herramientas de tallado.

Según el Gemological Institute of America (GIA), los diamantes se pesan en quilates hasta 3 decimales (una milésima de quilate) y, luego, se redondean a 2 decimales (una centésima de quilate). El valor de peso solo se redondea hacia arriba si la milésima de un quilate es 9; todos los demás valores del tercer dígito se redondean hacia abajo. El valor en quilates de un certificado de diamante se proporciona con 2 decimales. En las básculas para diamantes de METTLER TOLEDO y en las básculas de quilates, la báscula de gramos adicional proporciona pesos de hasta 4 decimales, lo que ofrece un mayor grado de exactitud. Esta posibilidad es importante para los responsables del tallado que tratan de maximizar el número total de quilates que pueden obtener de un diamante en bruto. Además, un mayorista de diamantes usa muchas balanzas y básculas y es importante tener un rendimiento uniforme entre todas ellas.

Gracias a una célula de carga de alto rendimiento y a las pesas de comprobación internas, las básculas para diamantes y las básculas de quilates JET  y JE de METTLER TOLEDO ofrecen un rendimiento uniforme y fiable. Las pesas de comprobación internas permiten que las básculas se ajusten con solo pulsar un botón para asegurar resultados exactos de forma continua.

En la calificación de los diamantes, los institutos gemológicos y los laboratorios de gemología pesan los diamantes con 5 decimales, es decir, 0,00001 g (o 0,0001 ct). Se recomienda una microbalanza o una balanza analítica.

Gemas

Otras gemas, como rubíes, esmeraldas y zafiros, se someten a los mismos procesos que los diamantes. Aunque la báscula para diamantes de las 4C se puede usar para evaluar la calidad de una gema, a menudo, su color es el factor más importante. Institutos y laboratorios gemológicos puede usar la densidad de una gema para verificar su identidad. Para ello se puede instalar fácilmente un kit para la determinación de la densidad en una báscula de quilates JET o JE de METTLER TOLEDO.

Con el fin de proporcionar a los compradores de diamantes una base común de comparación sobre la que juzgar sus decisiones de compra, el Gemological Institute of America (GIA) estableció un método para describir la calidad de un diamante. Este se conoce como las 4C y cuenta con un sistema de calificación asociado, el International Grading System™.

El International Grading System™ del GIA señala una báscula para cada una de las 4C con la que se pueden comparar los diamantes. Los institutos gemológicos y los laboratorios de gemología de todo el mundo usan la báscula para diamantes de 4C del GIA para calificar los diamantes, lo que proporciona a los compradores de diamantes una forma uniforme de evaluar y comparar la calidad de los diamantes.

1. Quilate

El peso de un diamante se mide en quilates (ct). Un quilate equivale a 200 mg. Cada quilate puede subdivididirse en 100 puntos (centésimas de quilate), es decir, 2 mg. Los minoristas de diamantes y los fabricantes de joyas pueden referirse a un diamante por el número de puntos que tiene. Por ejemplo, un diamante de 0,15 ct es un “quince puntos”.

2. Talla

Se requiere una gran habilidad para tallar un diamante en bruto en la forma requerida para un anillo, collar o broche, por ejemplo. Sin embargo, la talla también hace referencia a la forma en que el diamante interactúa con la luz para darle su brillo y su destello. Los elementos de la talla hacen referencia a las propiedades del propio diamante (brillo, intensidad y centelleo), mientras que otros se refieren a la habilidad del diseño y la producción (simetría, pulido, relación de peso y durabilidad).

3. Color

Los diamantes más puros no tienen color. Sin embargo, pequeñas imperfecciones estructurales o impurezas pueden añadir un ligero matiz a un diamante. Por ejemplo, la presencia de nitrógeno durante la formación de un diamante le da un color amarillo o incluso marrón, mientras que el boro le da un tono azul.

4. Claridad

Pequeñas imperfecciones estructurales, o inclusiones, pueden producirse naturalmente durante la formación del diamante. El tamaño, número y posición de las inclusiones dentro del diamante son relevantes para la claridad. Un diamante con menos inclusiones tendrá un mayor grado de claridad.

El sistema de calificación de las 4C también puede usarse para evaluar la calidad de los rubíes, zafiros y esmeraldas, así como de otras gemas. Sin embargo, cuando se compra una piedra preciosa, el color es, a menudo, el factor más importante. El matiz (el color real), la saturación (la intensidad del color) y el tono (la luminosidad u oscuridad del color) son consideraciones básicas en la evaluación de las piedras preciosas.

El diamante es un material extremadamente duro y tiene una densidad alta de 3,50-3,53 g/cm3 (hasta tres veces más denso que el agua). El rubí tiene una densidad de 3,97-4,05 g/cm3, la esmeralda de 2,67-2,78 g/cm3 y el zafiro de 3,95-4,03 g/cm3. Junto con otras pruebas, los institutos geológicos, los laboratorios de gemología y los coleccionistas de gemas pueden medir la densidad de estas para verificar su identidad y eliminar rápidamente las que sean falsas.

La densidad de la gema se determina pesando primero la pieza en el aire y, después, volviéndola a sumergir en el agua. Esto se puede lograr usando un kit para la determinación de la densidad especializado instalado en un instrumento de pesaje de diamantes. Los resultados de la determinación de la densidad mediante este proceso dependen de la temperatura ambiente. Esta debe ajustarse para el cálculo de la densidad. Un instrumento de pesaje de diamantes con una aplicación incorporada para la determinación de la densidad le pide que introduzca la temperatura ambiente y realiza todos los cálculos necesarios en su lugar.

En muchos países, cuando un producto se vende por peso, la balanza o la báscula empleada debe ser una versión con “autorización legal” (a veces denominada versión “aprobada”). Las normativas varían de un país a otro, y los minoristas deben asegurarse de que cumplen los requisitos locales. Las básculas y balanzas con autorización legal se someten a pruebas más rigurosas que una báscula o balanza estándar. Solo las básculas y balanzas que superan con éxito las pruebas pueden declararse con autorización legal. Esas básculas y balanzas se sellan en el lugar de fabricación para evitar que las abra personal no autorizado.

El pesaje de diamantes debe hacerse de forma exacta y correcta para asegurar que cumple con las normativas locales y que tiene la confianza de sus clientes.

Si necesita más información o apoyo, o quiere ayuda para elegir la báscula de quilates adecuada, nuestro equipo de expertos está aquí para ayudarle.

Antes de comenzar el proceso de pesaje de diamantes, debe asegurarse de que su báscula para diamantes está perfectamente nivelada de modo que funcione con exactitud. Pero ¿cómo de fácil es comprobar que la báscula está nivelada y, después, ajustarla cuando el nivel de burbuja está en la parte posterior? Todas las básculas de quilates de METTLER TOLEDO tienen el nivel de burbuja situado en la parte delantera. De un simple vistazo, puede ver si su balanza está nivelada. Además, si necesita hacer un ajuste, es fácil controlar la burbuja a medida que gira las patas ajustables.

Cuando la temperatura ambiente cambia, el resultado final del pesaje de diamantes se ve afectado. Esto puede ser un reto en habitaciones con calefacción o aire acondicionado. Por lo tanto, es importante ajustar los instrumentos de pesaje de diamantes de acuerdo con la temperatura a la que se usa habitualmente. La forma tradicional de probar la báscula es colocar una pesa de comprobación de valor conocido en la báscula y observar el resultado. La balanza se ajusta entonces de modo que muestre la verdadera cantidad de la pesa de comprobación.

Algunas básculas de quilates de METTLER TOLEDO tienen pesas de comprobación internas, de modo que todo lo que tiene que hacer es pulsar un botón y la propia báscula realiza el ajuste. Las básculas de quilates JET tienen incorporada una tecnología que controla de forma continua la temperatura ambiente y realiza automáticamente el ajuste cuando es necesario. Esta tecnología (llamada FACT) también reduce la cantidad de comprobaciones periódicas que necesita hacer, así que le ayuda, además, a ahorrar tiempo y dinero.

Puede resultar frustrante colocar un diamante en la báscula y tener que esperar bastante tiempo a que aparezca el resultado. Cualquier vibración o movimiento de aire impide que la báscula se estabilice. La cabina de pesaje de las básculas de quilates JET y JE tiene el tamaño perfecto para permitir un fácil acceso para colocar los diamantes y las gemas en la báscula, pero también es lo suficientemente pequeña para que la balanza se asiente rápidamente. Además, su robusta construcción con una sólida base de metal la hace menos susceptible a los movimientos y corrientes de aire.

Cuando muchas personas diferentes usan con frecuencia una báscula de quilates, cabe la posibilidad de que esta se mueva fácilmente a través de presiones frecuentes de las llaves, la apertura y cierre de las puertas del cortaaires, y a través de golpes imprevistos. Estos movimientos, que se producen durante el uso normal diario, pueden interferir pronto en el rendimiento de pesaje. Cada vez que se mueve una báscula, se deben comprobar el nivel y realizar ajustes. Si no se da cuenta de que la báscula se ha movido, los resultados de peso podrían ser inexactos sin que lo sepa. Las básculas de quilates JET y JE de METTLER TOLEDO disponen de una base de metal resistente, por lo que se asientan de forma estable en la superficie de trabajo y son difíciles de mover. Las puertas del cortaaires se abren y cierran casi sin esfuerzo para minimizar el riesgo de mover la báscula.  

Escribir los resultados de peso a mano lleva tiempo y se pueden cometer errores fácilmente. Conectar una impresora implica que los resultados y la información asociada pueden imprimirse en cuestión de segundos. Esto es particularmente útil cuando se usa la aplicación de totalización incorporada en las básculas de quilates JET y JE de METTLER TOLEDO. Cuando se pesa una serie de diamantes, la aplicación realiza un seguimiento de todos los pesos y proporciona el peso total y promedio al final. A través de la fácil conexión de una impresora, es posible imprimir fácilmente todos los resultados. Para simplificar aún más la documentación, las básculas de quilates METTLER TOLEDO disponen una función incorporada (PC Direct) que le permite transferir los resultados del peso directamente al ordenador con solo pulsar un botón. 

Para asegurar un rendimiento correcto, una báscula debe calentarse para que el calor de las piezas de trabajo de esta no afecte a los resultados de peso. Las básculas de quilates JET y JE disponen de una función de espera que elimina la necesidad de cualquier período de calentamiento; las básculas están listas para su uso en cualquier momento, por lo que no es preciso tener que esperar cuando se quiere empezar a trabajar. Basta con pulsar un botón para ponerse en marcha.

Asegúrese de sacar el máximo provecho de su balanza evitando los errores comunes que pueden llevar a resultados de pesaje inexactos. Este valioso póster está lleno de consejos y recomendaciones útiles sobre:

• Ubicación de la báscula en el lugar correcto
• Funcionamiento de la báscula
• Comprobaciones periódicas